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Los celos son una respuesta emocional que surge cuándo una persona percibe una amenaza hacía algo que considera propio. Aunque podemos hablar de celos entre hermanos, compañeros, amigos etc., en este artículo nos centraremos en los celos hacía tu pareja.
Así que en este caso los celos son “la respuesta natural ante la amenaza de perder una relación interpersonal importante para la persona que experimenta los celos”.
Cómo respuesta natural los celos están presentes en cada uno de nosotros y no se trata de algo “ malo” ó negativo que debamos “ controlar” tal y cómo culturalmente se nos ha presentado, sino que al contrario debemos aceptarlos cómo un fenómeno universal propio de la especie humana y que se remontan a un millón de años atrás cuando hombres y mujeres debían permanecer atentos a sus conquistas, para evitar que otras personas ocuparan su lugar.
Todos podemos llegar a sentirlos ya que forman parte de nuestra humanidad, pero es cierto que no con la misma intensidad . Sentirlos por tanto es natural y no representan ningún inconveniente siempre y cuando no represente un sufrimiento personal. Así que todos somos celosos de alguna manera.
La diferencia precisamente la marca el sufrimiento. Cuando esto ocurre se habla de celos patológicos o celopatía. Llevados al extremo resultan una patología muy autodestructiva. Quién lo sufre “ vive en un estado de infelicidad” en función de sus miedos, sospechas de traiciones y engaños que en muchas ocasiones son completamente infundados.
La mayoría de los especialistas comparten que sentir celos en un cierto nivel es normal y hasta útil para fortalecer la unión de una pareja, pues la misma palabra celo significa “ cuidado hacía una causa o persona”, pero llevados al límite son capaces de destruirnos a nosotros mismos, a los demás y a nuestras relaciones personales.
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Es en realidad un sentimiento muy difícil de reconocer. En psicología se habla de que son pocos los que reconocen el problema y alrededor del 20% los que piden ayuda profesional.
Esto ocurre en parte porque los celos cuentan con una fama muy negativa y eso complica el que los aceptemos cómo algo natural. Y por otro lado en muchas ocasiones, los hemos convertido en una forma habitual del comportamiento y llegamos a creer que son “ adecuados” y que es “ normal “ lo que pensamos, lo que sentimos y finalmente justificamos el como actuamos.
No hay que olvidar que el cerebro siempre busca la conformidad de lo que pensamos aunque sea erróneo. Se ha confirmado biológicamente que una persona celosa siente una sensación de euforia cuando cree descubrir que la persona le está engañando. Está programado para encontrar confirmación a lo que cree o sospecha.
Es imprescindible aceptar y reconocer que algo nos está pasando y que no nos estamos comportando de una forma coherente con la persona a la que decimos amar..
Ya sabemos que todos somos celosos por naturaleza. Pero cómo saber si estoy realmente convirtiéndome en un celoso patológico:
Si te reconoces en alguno o más de estos comportamientos debes empezar a pensar que es posible que estés ya en el extremo de los celos patológicos.
Si tu pareja no está en ese extremo es muy posible que se sienta injustamente tratado y se aleje de ti. A nadie le gusta sentirse perseguido, cuestionado ó acusado de forma constante y más sino hay realidad en las acusaciones o dudas, sino que es fruto de lo que “ cree tu mente”.
Si tu pareja es el objeto de tus celos, si hace tiempo que los sufre y todavía sigue a tu lado debes reflexionar acerca de los motivos que lo sostienen, es muy probable que con una buena conversación descubras muchas cosas que te harán recordar la parte de la realidad que en ocasiones los celos no nos dejan ver.
Una vez somos conscientes de que estamos próximos o estamos en una conducta de celos patológicos:
“Decir que si no hay celos no hay amor es del todo cultural. En una relación de pareja sana los celos son naturales, y no se llega a cruzar el límite porque hay confianza y, por lo tanto, se cree al otro y no se duda acerca de dónde está o qué está haciendo. Tras los celos suelen estar las inseguridades y es justo en lo que debemos profundizar para salir de ese miedo a perder al ser amado. Cuando lo consigues el sufrimiento desaparece y te sientes infinitamente más libre y feliz”